La Osteopatía es una de las técnicas de la fisioterapia con mayor auge en la última década. Su enfoque global sobre el tratamiento de las patologías del aparato locomotor la han dotado de gran popularidad y cada vez más pacientes nos la solicitan.
Hoy queremos centrarnos en una de sus ramas, la Osteopatía Visceral, una disciplina con grandes beneficios terapéuticos que actúa sobre las molestias y alteraciones internas.
¿Qué es la osteopatía visceral?
Es una rama de la Osteopatía que trabaja directamente sobre las alteraciones que se producen en los órganos internos.
Disfunciones en suelo pélvico; problemas de estreñimiento; lumbalgias ocasionadas por disfunción del riñón; restricciones de movilidad en diafragma o alteraciones en la función de la caja torácica provocada por bronquitis crónicas o asma… serían algunos de los ejemplos en los que la Osteopatía Visceral estaría indicada y que tratamos en la Clínica de Fisioterapia Samuel Anciano.
¿En qué consiste?
En ocasiones, nuestro cuerpo sufre lesiones de tipo traumático, estrés, ansiedad, exceso de carga de trabajo o incluso sedentarismo, que pueden provocar tensiones a nivel musculo-esquelético y estas se trasladan a nivel interno, afectando la funcionalidad visceral y provocando problemas de salud.
Y en ocasiones ocurre lo contrario: ciertas inflamaciones o restricciones de movilidad de nuestros órganos internos (causados por malos hábitos alimentarios o consumo de fármacos o sustancias dañinas), podrían provocar un mal funcionamiento y dolor en el sistema musculo-esquelético.
En Fisioterapia, la Osteopatía Visceral exploramos de manera exhaustiva la movilidad de las vísceras que podrían estar afectadas, valoramos su estado y su posible repercusión sobre alguna estructura músculo-esquelética y, posteriormente, realizamos el tratamiento más adecuado, normalizando los tejidos alterados, ya sean viscerales o musculoesqueléticos, y les devolvemos la funcionalidad, movilidad y sensibilidad perdidas.