Aunque cada bebé es un mundo, es evidente que todos presentan unas necesidades comunes. Lo mismo ocurre con sus afecciones, pues muchas de ellas se dan con asiduidad en los recién nacidos. Deformaciones, lesiones en los músculos, limitación de movimientos… problemas más frecuentes de lo que se podría imaginar y que conviene corregir en sus primeros meses de vida para evitar complicaciones más adelante. Es el caso de la Plagiocefalia y de la Tortícolis Congénita, de las que hablaremos a continuación. Si tienes interés en conocer las particularidades y tratamientos de estas dolencias, ¡toma nota!
➡️ ¿Qué es la Plagiocefalia?
La Plagiocefalia es una deformación del cráneo del bebé provocada por una mala posición intrauterina o por mantener la misma posición durante mucho tiempo en los primeros meses de vida. Es importante tener en cuenta que, aunque tiene que ser tratada por un profesional, la plagiocefalia no interviene en el desarrollo neurológico del pequeño. Es decir, no afecta al cerebro ni a sus funciones. La detección de esta anomalía resulta sencilla: una exploración clínica puede ofrecer un diagnóstico fiable.
Si bien existen diferentes tipos de deformidades craneales, las producidas por una determinada posición de la cabeza no requieren de complejos procedimientos para ser corregidas, sino de una adecuada manipulación del cráneo y un seguimiento de la evolución.
Ahora bien, en muchos casos, esta deformación viene acompañada de otras patologías como la Tortícolis Congénita, por lo que ambos problemas requerirían tratamiento.
➡️ ¿Qué es la Tortícolis Congénita?
Esta patología que puede reconocerse por:
- Actitud del cuello en inclinación con rotación contraria.
- Restricción de la movilidad cervical.
- Asimetría facial.
- Retraso en la evolución psicomotora.
Los motivos del desarrollo de este problema son diversos: desde una lesión del músculo (la causa más frecuente) hasta el uso de instrumental durante el parto (ventosa, fórceps…).
➡️ ¿Cómo tratar estas patologías?
Con la Osteopatía y la Fisioterapia podemos identificarlas y realizar un trabajo global sobre el bebé, valorando todo el cuerpo en busca de cualquier tensión mecánica anormal o disfunción, con el objetivo equilibrarla y solucionar el problema. En cualquiera de los dos casos es muy importante comenzar el tratamiento durante los 6 primeros meses de vida para obtener los mejores resultados.
Si tu bebé presenta alguna de estas afecciones, no dudes en ponerte en contacto con nuestra clínica. Nuestro equipo de profesionales realizará una exploración y determinará el procedimiento más adecuado a seguir en su caso.